Lo cotidiano es la base de la vida diaria. Y lo diario constituye nuestro sentido
del tiempo, de la historia y del futuro tanto personal como colectivo. La vida
cotidiana es la situación más cercana y más estable para los seres humanos
especialmente si son niños. En el espacio de cada día, en el ritmo y en lo
que ocurre a lo largo de cada jornada es donde se realiza su desarrollo, con
sus necesidades y deseos, sentimientos y emociones, y también con todo lo
que sucede en su entorno y con los descubrimientos y experiencias que él
vive.
Desde la perspectiva pedagógica, la vida cotidiana es uno de los grandes
recursos educativos con los que puede y debe contar el educador de esta
etapa, facilitando a los pequeños la adquisición de unos buenos hábitos
personales y sociales.
Cuando hablamos de adquisición, nos estamos refiriendo a que debe darse
una situación de aprendizaje y toda situación de aprendizaje requiere un
proceso durante el cual progresivamente se van incorporando conocimientos,
actitudes y hábitos, es decir, maneras de hacer constantes debido
básicamente a la repetición de las mismas conductas. En este sentido nos
referimos a la rutina diaria como las actividades que el niño realiza
diariamente a la satisfacción de sus necesidades más primarias. Y estas
rutinas tienen gran importancia, ya que se repiten regularmente facilitando
así la adquisición de hábitos saludables y positivos.
En la escuela existen unas normas comunes para todos: horarios,
actividades, etc. Sin embargo no todos los niños y niñas asimilan y actúan de
la misma manera, ya que cada uno es diferente a los demás y sobre todo
porque, paralelamente a la acción escolar, está la familiar, de la cual han
adquirido, previamente a la escolarización, una serie de hábitos, costumbres,
normas de comportamiento, valores, etc., propios del sistema familiar en que
viven. No obstante, en la etapa de Educación Infantil, escuela y familia
inciden en una serie de actividades que aunque se realizan en contextos
diferentes son comunes: alimentación, higiene, autonomía y socialización,
etc.
Los hábitos aportan a las personas su personalidad, la capacidad de elaborar
los propios rasgos personales de forma original, al mismo tiempo que los
identifica con el grupo social en que han nacido con sus valores y su cultura
y proporcionan a la mente del niño una trama sólida a partir de la que se
hace posible el proceso del pensamiento.
Los hábitos son una actividad que a base de realizarse constantemente igual
(por lo que deben adquirirse correctamente desde un principio), se convierten
en conductas autómatas. Se consolidan durante los primeros años de la vida,
de ahí la importancia de adquirir en estas edades unos buenos hábitos.
Es necesario que los hábitos sean estables y se constituyan en marcos de
referencia para que las situaciones se vuelvan familiares y los niños se
encuentren cómodos y seguros en ellas. El adquirir buenos hábitos de
pequeños, les hará personas mucho más seguras y con mayor autonomía de
mayores.
Los hábitos deben trabajarse constantemente e intentar que las familias los
inserten en su vida diaria. Debemos recordar que los niños y niñas repiten lo
que se dice. También debemos recordar que la verbalización de los hábitos
ayuda a su automatización
La actuación conjunta entre familia y escuela puede favorecer mucho la
adquisición de una serie de hábitos en los niños y niñas, básicos para su
autonomía y desarrollo posterior. Para ello es importante que los padres y
madres conozcan qué objetivos educativos tiene previstos este nivel
educativo para la adquisición de esos hábitos básicos, así como para los y
las educadores/as también es importante conocer en qué medida un niño o
una niña de su clase está habituado, por ejemplo respecto a la alimentación,
a comer de todo, si come solo, si ayuda a recoger la mesa, etc., dentro del
ámbito familiar, ya que puede ser que en la escuela realice estas tareas y en
casa, debido a que los límites son más flexibles, no las haga. Una buena
relación entre familia y escuela, y un intercambio de información entre
padres y profesor-tutor se revela como fundamental.
De todo esto subyace la importancia de las rutinas diarias, en el cole, (asamblea, actividades que hacemos en la misma, organización del horario, horas de ir al baño, horas de salir al patio.....); y en casa, horario de levantarme, de comer, de jugar, de acostarme........ gracias a ellas, los niños/as van adquiriendo su noción del paso del tiempo y son capaces de anticipar las situaciones, ya saben qué va a pasar, y así evitamos sentimientos de angustia.
Todas las rutinas se señalan de forma diaria en la ASAMBLEA, a través de diferentes juegos, los cuáles se hacen en el mismo orden y de la misma manera todos los días, de forma que los niños/as ya saben lo qué va a ir sucediendo a lo largo de la mañana:
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